Elaborado por Karla Herrera (U.V.G.)
¿Qué es una crisis convulsiva?
La epilepsia es un trastorno neurológico que afecta al cerebro y que hace que las personas sean más susceptibles a tener convulsiones. Es uno de los trastornos más comunes del sistema nervioso y afecta a personas de todas las edades, razas y origen étnico. Más de 2,3 millones de estadounidenses conviven con la epilepsia.
Cuando una persona sufre dos o más convulsiones, se considera que tiene epilepsia. Existen muchas causas posibles de epilepsia, que incluyen tumores, accidentes cerebro vasculares y daños cerebrales como consecuencia de enfermedades o lesiones. En muchos casos, la epilepsia puede tener causas no detectables.
¿Qué causa las convulsiones?
Un niño puede experimentar una sola convulsión o muchas convulsiones. Aunque la causa exacta de la convulsión puede no llegar a saberse, las convulsiones más comunes son causadas por lo siguiente:
• En los recién nacidos y los bebés:
o Traumatismos al nacer.
o Problemas congénitos (de nacimiento).
o Fiebre / infección.
o Desequilibrios químicos o metabólicos en el cuerpo.
• En niños, adolescentes y adultos:
o Alcohol o drogas.
o Traumatismo en la cabeza.
o Infecciones.
o Condiciones congénitas.
o Factores genéticos.
o Razones desconocidas.
• Otras posibles causas de las convulsiones pueden incluir las siguientes:
o Un tumor cerebral.
o Problemas neurológicos.
o Síndrome de abstinencia de drogas.
o Medicamentos.
¿Cuáles son los síntomas de una convulsión?
El niño puede tener diversos grados de síntomas, dependiendo del tipo de convulsión. Los siguientes son los síntomas generales de una crisis convulsiva o señales de advertencia de que su hijo puede estar experimentando crisis convulsivas. Los síntomas o las señales de aviso pueden incluir:
• Mirada fija.
• Sacudidas de los brazos y las piernas.
• Rgidez del cuerpo.
• Pérdida del conocimiento.
• Problemas respiratorios o episodios en los que deja de respirar.
• Pérdida del control de la vejiga o del intestino.
• Caída súbita sin ningún motivo aparente.
• Ninguna reacción al ruido o a las palabras durante breves períodos de tiempo.
• Confusión o aturdimiento.
• Somnolencia e irritabilidad al despertarse por las mañanas.
• Cabezadas.
• Períodos de mirada fija y parpadeos rápidos.
Durante la convulsión, el niño puede tener los labios azulados y puede que su respiración no sea normal. Los movimientos a menudo van seguidos de un período de sueño o desorientación.
Los síntomas de una convulsión pueden parecerse a los de otras condiciones o problemas médicos. Siempre consulte al médico de su hijo para el diagnóstico.
Tratamiento de las crisis convulsivas:
El tratamiento específico de las crisis convulsivas será determinado por el médico de su hijo basándose en lo siguiente:
• La edad de su hijo, su estado general de salud y su historia médica.
• Qué tan avanzada está la condición.
• El tipo de crisis convulsiva.
• La tolerancia de su hijo a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.
• Las expectativas para la trayectoria de la condición.
• Su opinión o preferencia.
El objetivo del tratamiento de las convulsiones consiste en controlar, detener o disminuir su frecuencia sin interferir con el crecimiento y desarrollo normal del niño. Los principales objetivos del control de las convulsiones son los siguientes:
• Identificar correctamente el tipo de convulsión.
• Utilizar medicamentos específicos para el tipo de convulsión.
• Utilizar la mínima cantidad de medicación posible para conseguir un control adecuado.
• El mantenimiento de buenos niveles del medicamento.
El tratamiento puede incluir:
• Medicamentos
Existen diversos tipos de medicamentos que se utilizan para tratar las convulsiones y la epilepsia. Los medicamentos se eligen basándose en el tipo de convulsión, la edad del niño, los efectos secundarios, el costo de la medicación y el cumplimiento del paciente con el uso del medicamento.
Los medicamentos que se utilizan en casa generalmente se toman por vía oral (como cápsulas, pastillas, gránulos o jarabes), pero algunos se pueden administrar por vía rectal (en el recto del niño). Cuando el niño está en el hospital por convulsiones, el medicamento se puede inyectar o administrar por vía intravenosa (IV).
Es importante que su hijo tome su medicamento a su hora y tal y como lo haya recetado su médico. El cuerpo de cada persona absorbe el mismo medicamento de una forma diferente, por lo que será necesario realizar ajustes (de dosis y horarios) para que el medicamento sea más eficaz en el control de las convulsiones.
Todos los medicamentos pueden tener efectos secundarios, aunque algunos niños pueden no notarlos. Hable con el médico de su hijo sobre los efectos secundarios de los medicamentos que toma su hijo.
Mientras su hijo esté tomando medicamentos, se pueden realizar diferentes exámenes para comprobar la eficacia de los mismos. Dichos exámenes pueden incluir lo siguiente:
o Exámenes de sangre - se necesita extraer sangre con frecuencia para comprobar los niveles del medicamento en el cuerpo. Basándose en esos niveles, el médico puede aumentar o reducir la dosis del medicamento para alcanzar el nivel deseado. Dicho nivel se llama el "nivel terapéutico" y es cuando el medicamento actúa más eficazmente. También se puede examinar la sangre para monitorizar los efectos de los medicamentos en los órganos del cuerpo.
o Exámenes de orina - estos exámenes se realizan para ver cómo responde el cuerpo del niño al medicamento.
o Electroencefalograma (su sigla en inglés es EEG) - procedimiento que registra la actividad eléctrica continua del cerebro mediante electrodos colocados en el cuero cabelludo. Este examen se hace para comprobar si el medicamento está solucionando los problemas eléctricos del cerebro.
• Dieta cetogénica
Ciertos niños que tienen problemas con los medicamentos, o cuyas crisis convulsivas no se están controlando bien, pueden ser puestos a una dieta especial denominada dieta cetogénica. Este tipo de dieta es bajo en carbohidratos y alta en proteína y grasa.
La definicion que tu das es de epilepsia totalmente diferente a la de crisis convulsivas!!